El Comercio. Idoya Rey.Que un centro social autogestionado, abierto a diario para quien quiera acercarse, organice una jornada de puertas abiertas puede parecer un sinsentido. Aunque cuando los líderes de La Madreña aclaran sus porqués de las actividades previstas para el próximo domingo no se aprecia síntoma alguno de enajenación: «Nos conocen en Venezuela, donde hay gente que se ha interesado en La Madreña, y aquí todavía hay personas que no saben muy bien qué hacemos». Cada vez son menos.
Los usuarios aumentan por semanas, no obstante «hemos organizado unas jornadas de puertas abiertas de par en par». El próximo domingo a partir de las 13.30 habrá una comida popular, visitas guiadas al edificio, varios conciertos y un espectáculo de títeres a cargo de Tragaluz. «Lo que queremos es que la gente que no conoce La Madreña sepa que este espacio es suyo y que propongan actividades o participen en las que ya se realizan», explicaron los organizadores del centro social.
El edificio, sede de la antigua consejería de Sanidad, en General Elorza 35, suma más de 100 salas, algunas aún sin uso. En cambio otras muchas ya tienen destino: hay un taller de crianza, ludoteca, biblioteca, talleres de baile, capoeira y el curso de defensa personal femenina, uno de los más demandados. En la madera del suelo del antiguo despacho de más de un consejero, los usuarios de La Madreña han encontrado una superficie idónea para la practica del yoga y el sótano cumple los requisitos de una sala de conciertos, que no abundan en la ciudad. «Hemos realizado una obra faraónica para insonorizar la estancia porque lo que no queremos es causar molestias a la gente de la zona». Unos vecinos que lejos de protestar por su presencia, participan y les apoyan.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Pumarín, José Ramón Sariego, acude a cada rueda de prensa. Ayer hizo lo propio. «Nosotros siempre hemos reclamado que este espacio fuera para el barrio. Si finalmente derriban el edificio queremos que la planta baja o la alta o lo que sea se destine para usos del barrio», insistió Sariego. La alternativa a La Madreña, dicen, sería un solar donde crecería la maleza. Porque la intención de la empresa propietaria Sedes es construir viviendas de lujo, pisos que con la crisis económica tienen difícil salida.
La jornada de puertas abiertas coincide con la jornada electoral, aunque la casualidad no es buscada. «Hay elecciones, pero la vida sigue y gane quien gane los problemas y necesidades de las personas no son los mismos. Habrá gente que votará y luego vendrá aquí . No nos regimos por el calendario electoral era la fecha que mejor nos venía», apuntó Sariego. Necesidades como la que les comunicó un anciano de Pumarín. Se acercó a La Madreña, entró y les dijo que ya era hora de que accedieran al edificio de enfrente, también antaño propiedad del Gobierno regional, para instalar un centro de día.
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