Hace un año la ciudad despertaba con deseos de buenas
noticias, con ganas de que la crisis diera una tregua a los ciudadanos y
de que Oviedo diera un giro para colocarse como referente turístico,
cultural y deportivo del país.
Lejos de los buenos anhelos, el concejo cierra el 2012
con más parados, más de 20.000, sin una fábrica bicentenaria, la de La
Vega, y con más recortes presupuestarios de las administraciones para
mantener las exigencias de la deuda. Ha sido el 2012 un año convulso,
con decenas de movilizaciones ciudadanas, de las que también ha salido
alguna cosa buena.
Al menos así lo ven representantes de diferentes
colectivos de la ciudad, quienes coinciden en ponderar el «talante de
los ovetenses» para superar la difícil situación. Quizás ese carácter
del que hablan sirva también para mantener, a pesar de lo oscuro del
panorama, la confianza en que el año que ahora arranca será mejor
gracias a la colaboración entre instituciones y colectivos.
¿Qué le pide Oviedo al 2013?
La cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve, es una buena conocedora no solo de la historia de la ciudad, sino también de su presente. Invitada a todo acto social que se celebra, tiene oportunidad de hablar con unos y otros. Este año lo mejor que ha visto es que «los ovetenses han sido capaces de mantener bastante buen humor a pesar de la crisis. Han sido civilizados y capaces de contener la crispación». Y eso que han sufrido cosas tan dolorosas como «el cierre de la fábrica de La Vega».
La cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve, es una buena conocedora no solo de la historia de la ciudad, sino también de su presente. Invitada a todo acto social que se celebra, tiene oportunidad de hablar con unos y otros. Este año lo mejor que ha visto es que «los ovetenses han sido capaces de mantener bastante buen humor a pesar de la crisis. Han sido civilizados y capaces de contener la crispación». Y eso que han sufrido cosas tan dolorosas como «el cierre de la fábrica de La Vega».
Coincide en el diagnóstico de la positividad ovetense el
director emérito de la Fundación Príncipe de Asturias, Graciano García.
«En Oviedo siempre ocurren cosas buenas, porque las demás, las otras,
pasan tal vez con mayor gravedad en cualquier otra ciudad de
características similares a la nuestra». Dice García que él la ve así
siempre, porque «no pude ocultar lo que ha sido desde sus orígenes: una
gran capital europea». Quizás haya algo de deseo en sus palabras, aunque
a la hora de pedir para 2013 quiere «que la tragedia del paro, que como
un tsunami social esta causando tanto daño aquí y en el resto de
España, comience a perder fuerza para devolver la esperanza y la
dignidad a tantas personas que de manera tan inadmisible e injusta
carecen de un puesto de trabajo».
Podría parecer que Ruiz-Tilve y García tienen una visión
demasiado optimista del año que termina, pero en la hostelería también
notan el «buen espíritu» de los ciudadanos. Juanjo Cima, propietario del
restaurante el Vinoteo, cree que los ovetenses «están pasando la crisis
con bastante tranquilidad, lejos de algunos enfrentamientos que vimos
por los medios de comunicación». En su sector, este año hay que lamentar
el cierre de unos «cuantos establecimientos con solera. Una pena». Pero
para darle un poco de buen sabor de boca, que es lo suyo, Cima destaca
la «especialización de los negocios. La gente se está poniendo las pilas
y cada vez ofrecen mejores platos y mejores vinos. Creo que por ahí va a
ir el futuro del sector». Además de la reducción del paro, le gustaría
que su ciudad tuviera más actividades para la gente joven. «Es lo que le
pido al próximo año. Sería bueno para todos».
Parte de esa vida paralela la copa en la ciudad el Centro
Social Ocupado y Autogestionado La Madreña. Para ellos, sin duda
alguna, la mejor noticia es haber soplado su primera vela y el deseo es
seguir haciéndolo. No de cualquier modo. «Con el apoyo cada vez mayor
del barrio, con una mayor complicidad de la ciudadanía. Deseamos seguir
siendo capaces de ofrecer cultura y reflexión para que cada vez más
gente se de cuenta de que las cosas no se solucionan si no se arrima el
hombro y también de que es necesario pedir que el que la esta haciendo
debe pagarla», explica David Acera, miembro activo de La Madreña.
Porque este año, subraya Acera, «en la ciudad han
convergido muchas protestas de trabajadores públicos, gente contra los
desahucios y movimientos de nueva creación».
Los médicos han sido protagonistas indiscutibles de esas
movilizaciones. La presidenta de su colegio profesional, Carmen
Rodríguez, lo tiene claro: «Es lo peor que podía pasar, pero solo se
pude culpar al Gobierno del Principado pues tomaron unas decisión
unilateral, sin nada de diálogo. Desde luego mi deseo es que haya una
pronta solución para los conflictos sanitarios, pero recordando que los
actores fundamentales de la medicina son dos: los médicos y los
pacientes. La Sanidad no es política».
Como vecina de Oviedo solo puede ambicionar «prosperidad y
que comencemos a ver el sol». Tiene para ello Oviedo una ventaja.
Porque aunque no es futbolera «creo que es de resaltar el triunfo de la
identidad de la sociedad civil ovetense que se unió para cubrir las
necesidades de su club. Es una inyección de fortaleza para la ciudad».
La venta de acciones del Real Oviedo fue noticia en medio mundo. Quizás
eso atraiga algún que otro turista que no vendrían nada mal para el
sector hotelero. El vicepresidente de Unión Hotelera Fernando Corral,
solo pide que «hayamos tocado fondo en este año desastroso y que se
comiencen a sentarse las bases para crecer y reactivar el sector. Que el
país crezca para reactivar el consumo y no sigamos cayendo en la
espiral del paro y que pongan nuevas conexiones aéreas», suplica.
Las cifras de desempleo también preocupan al fiscal
superior de Asturias, Gerardo Herrero, que menciona a las «tantas
familias que lo están pasando mal». A las que no ayudan, en su opinión,
medidas como la subida de impuestos. Sin embargo, entre tanta sombra,
ensalza la gran labor de Cocina Económica. Sobre su sector, destaca el
«mantenimiento de un nivel de seguridad muy aceptable» en Oviedo, una
ciudad que, como reivindica, necesita una reagrupación judicial.
Estos son los deseos de Oviedo, una ciudad pequeña donde
las conexiones entre sectores cobran si cabe mayor importancia, una
ciudad donde aún se dice eso de que «aquí nos conocemos todos».
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