viernes, 30 de diciembre de 2011

Nacho Vegas entierra a la industria discográfica

La Voz de Asturias. No hay vuelta atrás. El modelo actual de la industria discográfica tiene los días contados porque “las leyes restrictivas no sirven para nada y es una batalla perdida para ellos”. Así se pronunció ayer el cantante gijonés Nacho Vegas, en su primera intervención en el coloquio organizado en el centro social autogestionado La Madreña, en Oviedo. Sin música ni guitarras por el medio, Vegas compartió escenario con el filósofo César Rendueles y con la escritora Sofía Castañón para conversar acerca de cultura e internet. Al acto asistieron más de un centenar de personas.

“Los músicos estamos contentos con los nuevos canales de difusión”, confesó Nacho Vegas, para quien el conflicto se reduce a un choque de trenes entre la difusión de la cultura y un modelo de industria discográfica en claro declive. “Tenían un chiringuito muy bien montado y eso no les gusta”, afirmó un artista cuyo último trabajo discográfico, Cómo hacer crac , se puede descargar de forma libre a través de la página web de Radio 3. Y es que para Vegas, lo importante para un creador es que “lo que hagas tenga un difusión más inmediata”. Y ahí entraría internet, que el cantante gijonés concibe como una herramienta, un canal para hacer posible alcanzar ese objetivo.

Internet y la difusión “Te permite llegar a más gente y eso no es malo”, advirtió Nacho Vegas, quien destacó cómo la red abre las puertas de cara a más actuaciones en el extranjero, porque “ahora es mucho más fácil que la gente pueda conocer tu música”. Respecto al control de los derechos de autor, Nacho Vegas aseguró que esa es la gran pregunta.

En su caso decidió editar su último disco mediante una licencia Creative Commons, un sistema que permite a los autores decidir cómo difunden su obra a través de internet bajo ciertas restricciones. Otra opción, añadió, serían modelos como el de Spotify. “Es un acceso fácil, perfectamente legal y de pago si quieres”, comentó el cantante, quien por encima de todo reclamó “amplitud de miras” porque, si bien antes cualquier obra tenía derechos de autor, ahora eso ha cambiado y hay más alternativas”.

En un coloquio que tuvo lugar en lo que fue el salón de actos de la antigua Consejería de Salud, un edificio transformado en el centro social La Madreña, los comentarios del cantante gijonés se entremezclaron con los del filósofo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, César Rendueles, para quien la cultura libre significa un desafío al patrimonio que representaba la propiedad intelectual.

“La dinámica actual es de amenaza a las legislaciones tradicionales sobre propiedad intelectual cuando lo que hay que hacer es desarrollarlas en la era de los ordenadores, no de las partituras”, afirmó Rendueles. Este filósofo y gestor cultural vinculado al Círculo de Bellas Artes de Madrid aseguró que todos los problemas con los que se enfrenta la denominada cultura libre “son los intereses creados” en torno a la industria del copyright.

Rendueles apostó por lo qué el mismo denominó como licencias libres y no dejó de expresar sus dudas respecto a las denominadas copyleft o licencias libres absolutas. “En el copyright a la carta hay un gran abanico de posibilidades”, comentó este filósofo, quien negó de forma categórica que se pueda hablar de un copyright homogéneo para todo el mundo “porque eso no es cierto”, al existir distintas legislaciones en vigor.

Pese a todo, Rendueles reconoció que en la actualidad hay problemas respecto al control de los derechos de autor. “Negarlo es absurdo y demagógico”, añadió. ¿Y por qué se ha llegado a esta situación?. Según este filósofo por una razón muy clara. Porque los bienes culturales, de la mano de internet, “se han convertido en bienes públicos”.

Autor de numerosos ensayos, Rendueles defendió la necesidad de contar con intermediarios también en internet, sobre todo para separar el grano de la paja. “Es imprescindible porque no se pueden leer al azar los cientos de miles de libros que circulan por ahí, en algunos casos infumables”.

Y si Nacho Vegas dio por enterrada la industria discográfica tal y como se entendía hasta ahora, Rendueles no auguró nada bueno para el mundo editorial: “Vamos a asistir a algo muy parecido y en un plazo muy breve de tiempo”. “La industria editorial no acaba de entender que no puede cobrar lo mismo por un libro digital que uno en papel”, afirmó Rendueles, quien apostó por una red de mediación pública que ayude a los creadores porque, en su opinión, “no hay ninguna industria creativa, lo que hay es una industria del copyright inmensa”, concluyó el filósofo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario