lunes, 27 de febrero de 2012

El centro social La Madreña se consolida cien días después de la ocupación de la sede de Bienestar Social (ARTÍCULO + VIDEORREPORTAJE)

El Comercio. Jesús Díaz.
Escarolas, lombardas y repollos asoman tímidamente a los pies del «centro social autogestionado La Madreña». El crecimiento de estos vegetales da fe de los más de tres meses de ocupación de la antigua consejería de Bienestar Social en General Elorza por parte de un grupo afín al denominado movimiento 15M. La fachada luce un mosaico de pancartas y mensajes en contra de «la especulación», «el capitalismo feroz» y el «urbanismo deshumanizado», en palabras de Diego Díaz, un treintañero activamente integrado en la organización del día a día en el inmueble.


Durante estos cien días, un rosario de actividades: Yoga, teatro, conciertos, clases de Pilates, charlas de economía alternativa o una inusual «tienda de ropa gratis». Han llegado a congregar a más de cien personas. El músico Nacho Vegas o el cineasta Tom Fernández han contribuido con sus visitas a dar a conocer los locales.















Al recorrer las instalaciones se descubre una ampliada biblioteca, que ha ido ganando volúmenes con el paso de las semanas; una sala de estudio, que está «en proceso», y, en las paredes, nuevos grafitis y frescos. Entre estos, un estudiante lanzando un libro a un policía. En estos días de 'primavera valenciana' se podría pensar que el ambiente reivindicativo estaría especialmente acerado en La Madreña, pero como ellos mismos recuerdan, «el espíritu de esa protesta está en la calle».
La habitación dedicada a la ludoteca impacta por la gran cantidad de juguetes que guarda en su interior. Los organizadores no esconden su satisfacción cuando hablan de ella: «Muchos vecinos de Oviedo vieron en los juguetes la oportunidad de acercarse a ver el centro y se quitaron muchos reparos».
Dentro de este centro social «autogestionado» la jornada discurre tranquila, aunque laboriosa. Otro miembro de la organización, Carlos Valbuena, admite, entre risas, que «hay algunos que limpian más aquí que en casa». No obstante, reconoce que el orden y la limpieza son los puntos que más cuesta cuidar «para que todo funcione». Barrer y «que converjan todas las ideologías». Por esta razón da una especial importancia a «las asambleas, donde todos hablamos». Por lo demás, entre los ocupantes habituales, un denominador común: optimismo. Pablo Iglesias habla de una experiencia «muy positiva». Mariano Roda, de cincuenta y siete años, lo califica de «exportable a otros ámbitos».


Desalojo
Desde el primer día pende sobre los ocupantes la posibilidad de que el edificio sea desocupado. ¿Miedo al desalojo? «Es un miedo que está ahí, pero no nos inmoviliza», asegura Valbuena. Si gozan de cierta tranquilidad es porque han dejado el asunto «en manos de abogados, además se supone que tendría que haber un preaviso». De momento, la empresa propietaria del edificio, Sedes, no ha anunciado ninguna acción. Como referentes de futuro, Diego Díaz cita ejemplos en Berlín o Copenhague, pero también más cercanos, como el centro social de Nou Barris, en Barcelona, o la Casa Invisible de Málaga, que han sido legalizados. En su opinión, La Madreña «responde a una necesidad cultural de Oviedo».



No hay comentarios:

Publicar un comentario